viernes, 7 de octubre de 2011

James Nachwey

Metódico, perfeccionista, íntegro, centrado, intuitivo, meticuloso, involucrado, ético, un fotógrafo fascinante que ha dedicado su vida a documentar los conflictos bélicos, intentando que sus fotografías se conviertan en la voz de las víctimas, víctimas que como él cuenta se han hecho más importantes que el mismo.

En una profesión tan competitiva como la de reportero de guerra, destaca por encima de los demás, llega donde otros no lo hacen y sus imágenes transmiten toda la crueldad de estos conflictos. Él sabe que sus fotografías tienen un gran poder y que su trabajo determinará la forma en la que la gente verá estas guerras.

Sobrecoge la forma en la que habla, los tiempos muertos en sus intervenciones, su forma de gestionar los sentimientos y el miedo ante las situaciones a las que se tiene que enfrentar, no solo físicamente, sino psicologicamente. Él mismo afirma que se aprovecha de las desgracias ajenas, le obsesiona ese pensamiento, le persigue, pero lo cree necesario y afirma que lo único que aplaca esa sensación, es la aceptación de las víctimas, lo que le hace aceptarse a él mismo.

Se le ve agotado, incluso en un momento del documental afirma: "Ya he hablado demasiado, no tengo más que decir", lo cierto es, que fue una de las frases que más me impacto del documental.

Un fotógrafo digno de admiración.


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